Ahora tiene las uñas sucias de ausencias. Está solo, sólo eso.
Me recuerda caminando por la comisura de sus labios, mostrándole el abismo de mis ojos.
Extraña la sal de mi mar y la marea que nos unía. Me ve chiquito, contándole cuentos de otros años, sentado en sus piernas sanas. Él no reconoce su propia voz. Él recuerda mis rulos negros fumando al trasluz de la ventana. Se había prometido que no se iba a acercar al aleteo de mis pestañas. Contó doce colores que son distintos desde que ya no estoy.
Y me vio sonreirle mientras me alejaba, sin saber que era él el que se iba.
Enter the void
Hace 5 años
3 comentarios:
me encanto,te leo siempre
Describiste a mi abuelo.Lo conocias?
Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.
- Daniel
Publicar un comentario