lunes, 22 de noviembre de 2010

Réquiem

Ahora tiene las uñas sucias de ausencias. Está solo, sólo eso.
Me recuerda caminando por la comisura de sus labios, mostrándole el abismo de mis ojos.
Extraña la sal de mi mar y la marea que nos unía. Me ve chiquito, contándole cuentos de otros años, sentado en sus piernas sanas. Él no reconoce su propia voz. Él recuerda mis rulos negros fumando al trasluz de la ventana. Se había prometido que no se iba a acercar al aleteo de mis pestañas. Contó doce colores que son distintos desde que ya no estoy.

Y me vio sonreirle mientras me alejaba, sin saber que era él el que se iba.